sábado, 14 de abril de 2007

Los ositos

Si no escribo de los ositos, reviento.
Para los que no lo sufran, en Logroño hay una exposición callejera. En la recién remodelada Gran Vía, María Porto y Álvarez Cascos han instalado unas obras de arte del llamado d'Emo. La exposición no la paga el Ayuntamiento, líbreme usted de que me puedan criticar, sino algunas empresas que han ganado diferentes concursos municipales. Y la exposición es espantosa. Los niños miran los ositos de colores porque sus papás les torturan con ello. Un submarinista vestido de blanco mira a los ositos desde lo alto del Banco de España. Y la mayoría de los logroñeses miran con asombro el bodrio que nos han encasquetado. A algunos les gusta, claro.
Menos mal que enseguida se los llevan.




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