Otra vez campeón de Liga. Y van 30.
No fue de forma sorprendente. No fue agónico. No. Estaba así previsto. Después de la temporada que hemos vivido, pensar que el Madrid podría resolver el partido ante el Mallorca en un santiamén era pensar en el más allá. Al Madrid le tenían que hacer un gol. Y tenía que pasarlo mal. Y así fue.
Desubrí (es un decir) por cierto que Logroño es madridista. Nunca había escuchado tanto claxon en las calles de la capital de La Rioja... Sólo una cosa no me gustó en la noche madridista: la celebración de diseño. Celebraciones de este estilo ganan más cuanto más espontáneas son. Y la del domingo por tuvo de eso. Tenían motivos para celebrar, pero tanto lo planificaron que acabaron por aguarlo.
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